sábado, 5 de abril de 2008

En el universo paralelo

A pesar de estar a 2.500 kilómetros de distancia, anoche, por unas horas, convivimos en la misma ciudad: tú, sonriente, frente a la Puerta de Brandeburgo y yo, cansado como cada viernes, compartiendo el momento con Tachenko en el Berlín de Boris, en una paradoja espaciotemporal (Doc, Doc, tenemos un problema!!!) interesante, cuanto menos.


Viajamos en el tiempo. Crecemos juntos. Miramos atrás para seguir hacia adelante. Avanzamos.


Estamos en planos paralelos de ojos grises (o verdes) y abrazos interminables. Y te echo de menos. Y me encanta.