A pesar de estar a 2.500 kilómetros de distancia, anoche, por unas horas, convivimos en la misma ciudad: tú, sonriente, frente a la Puerta de Brandeburgo y yo, cansado como cada viernes, compartiendo el momento con Tachenko en el Berlín de Boris, en una paradoja espaciotemporal (Doc, Doc, tenemos un problema!!!) interesante, cuanto menos.
Viajamos en el tiempo. Crecemos juntos. Miramos atrás para seguir hacia adelante. Avanzamos.
Estamos en planos paralelos de ojos grises (o verdes) y abrazos interminables. Y te echo de menos. Y me encanta.
5 comentarios:
Hace tiempo que leo en silencio este blog, temía que estuviera abandonado, me alegro de que no sea así.
Tengo muchas conexiones y paso todos los años algunas semanas por allí, así que en cierto modo es un lugar donde agarrarme para recordar veranos y primaveras zamoranas (grande el Berlín).
Qué se sabe de Proactive?
Keep writing!
Moñas!!!
Hubiera molado como en Frecuency, que dejaras una nota en una mesa (o en el baño, o detrás de una botella) y apareciera por arte de magia en Berlín y la encontrara Ann... ;)
(eso solo pasa en las películas).
¡Besitos, Iñaaaaaaki!
Perfecto, lo de los viajes en el tiempo. Y más si está de por medio Berlín, que es hrmosa, pero nunca ayuda.
Va el abrazo
Haberte subido en el delorean de FinoMcFly y te llegabas a Brandenburgo en un espaciomomentotemporal. Regreso al Futuro IV: vente pa' Alemania Isi.
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